En primer lugar quiero decir que el motivo de esta comparecencia no es otro que el poder aclarar y explicar a la opinión pública mi versión de lo ocurrido en una Junta de Distrito el pasado 17 de junio y que ha provocado una respuesta por parte de la edil Irene Celdrán “que a todas luces, ha traspasado por primera vez en este Ayuntamiento la línea entre lo político y lo personal”.
La convocatoria que se realizó por parte del Ayuntamiento para la celebración de la Junta de Distrito I, no cumplía con lo establecido en el Reglamento de funcionamiento de las mismas. Este concejal, recibió correo con la convocatoria para el día 17 de Junio a las 18:00 horas en el Ayuntamiento y cuando acudí a la misma, la reunión se estaba celebrando desde las 17:00 horas y ya se encontraba en el apartado de ruegos y preguntas.
Ante esta situación me dirigí a la Presidenta, para preguntar si es que la reunión había comenzado ya y ante su afirmación, le indiqué que yo no había sido convocado en tiempo y forma y que por tanto consideraba tal hecho como un incumplimiento de las normas e iba a solicitar la impugnación de la reunión, situación que fue corroborada por la Secretaria de la Junta. Mi actuación en la Junta de Distrito impugnada fue realizada de manera respetuosa, legal y legítima, y en ningún momento tuve la intención de causar daño u ofender a nadie.
La impugnación de la Junta de Distrito no tiene como objetivo atacar a otros miembros, sino corregir una situación que considero injusta e incorrecta. Es importante mantener la objetividad y la seriedad en estos procesos para garantizar la credibilidad y el buen funcionamiento de las Juntas de Distrito. Quiero manifestar que desde el Grupo Socialista, esta situación se habría dado en cualquier otra Junta en la que se hubiese tenido el mismo error que en esta, y por ello defendemos que esta solicitud de impugnación que no deja de ser una respuesta política y administrativa nunca debió recibir la respuesta de la Señora Celdrán.
La Señora Celdrán, concejala del grupo Popular y presidenta de la Junta de Distrito, declaró en la radio que el representante en la Junta de Distrito por el grupo municipal Cambiemos “sí que fue generoso, porque se le pidió disculpas y él lo entendió y le dijo que no pasaba nada y se continuó la reunión con normalidad”. Si el representante de Cambiemos, creyó que todo estaba bien aceptando las disculpas, posición que yo no puedo corroborar pues llegué posteriormente a él, es su decisión, pero eso no le puede hacer a la Presidenta de la Junta sentenciar que esa postura fue generosa frente a la mía que trató de irrespetuosa por no aceptar el continuar la reunión e indicar que iba a impugnar la misma por estar incumpliéndose la normativa.
Impugnar la Junta no implica falta de respeto, sino todo lo contrario, estoy defendiendo mis derechos y velando por la correcta administración de dicha junta, pues, es importante mantener la ética y la legalidad en todo momento.
En el pleno, celebrado el 28 de junio, dirigí un ruego al Alcalde en que le solicitaba “ya que usted designa a los presidentes y presidentas de las Juntas de Distrito, que les transmita que al menos se lean la normativa y reglamentos con las que se debe de funcionar y que se tomen en serio las juntas, pues estas están para proponer cosas y solucionar problemas de los barrios o pedanías que están en ellas”.
En el Pleno la Señora Celdrán, concejala del grupo Popular y presidenta de la junta, me acusó de maltrato hasta en tres ocasiones, además de que le insulté y le falté al respeto, dijo “el maltrato venga de donde venga es inconcebible” “falta de respeto y maltrato verbal ni uno más, porque no lo voy a tolerar, porque usted me dijo que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo”, “siga Vd. faltándome al respeto que vamos por mal camino, por muy mal camino”, se le tuvo que decir que nadie le estaba faltando al respeto pues en ningún momento me dirigí a ella, solamente estaba haciendo el ruego al Sr. Alcalde.
Acusar falsamente a alguien de cualquier tipo de maltrato es una grave acusación que puede causar daño a la reputación y la integridad de la persona acusada. Una acusación de maltrato puede dañar severamente la reputación de la persona acusada tanto en el ámbito personal como profesional, además de estar acusando de cometer un posible delito. Lamento profundamente que se esté difundiendo información errónea que puede afectar mi imagen y reputación.
Nunca hasta ahora una respuesta política se ha llevado al plano personal de una forma “perversa e interesada”, pretendiendo traducir esta conducta en acusaciones tan graves como “maltrato”. Queremos dejar claro que nuestra única intención es defender nuestro derecho a realizar el trabajo de oposición y fiscalización que siempre hemos realizado desde el respeto y buen trato.
Podemos entender que nuestro trabajo no guste al Grupo de Gobierno, pero lo que no van a conseguir, es que con este tipo de acusaciones personales, totalmente alejadas de lo político y con el único objetivo de no asumir un error, es que nos amedrentemos o nos callemos. Quiero entender que estas acusaciones puedan deberse a una interpretación errónea de mis palabras o acciones y no a una manera interesada de hacerme daño.
Insto a la concejala a retractarse de sus declaraciones y a rectificar públicamente, así como a disculparse por las afirmaciones difamatorias que ha hecho. Me reservo el derecho de tomar medidas legales pertinentes en caso de que continúe difundiendo información falsa sobre mí.
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