El año pasado, las calles de Orihuela vibraban con la indignación de los comerciantes locales, quienes, liderados por el presidente de la Asociación de Comerciantes de Orihuela (ACMO), arremetían contra el Ayuntamiento de Orihuela, y pregonaba mi incompetencia como concejala de comercio por lo que se percibía como una supuesta incapacidad para sacar adelante las subvenciones destinadas a las campañas comerciales de ese año. Sin embargo, a día hoy, en el ayuntamiento no hay ni rastro de las subvenciones para las campañas comerciales de 2024, pero la situación es bien distinta.
Resulta curioso observar cómo el presidente de ACMO, que el año pasado vociferaba consignas contra el ayuntamiento y su gestión, parece ahora haberse sumido en un silencio cómplice ante la ausencia de avances en la aprobación de las bases y convocatorias para acceder a dichas subvenciones. ¿Dónde quedaron las demandas y los carteles de protesta? ¿Por qué la misma energía no se canaliza hacia la verdadera problemática actual?. La respuesta parece ser tan clara como inquietante: aquel clamor del pasado no era más que una artimaña política del presidente de la ACMO para ganar notoriedad y buscar un hueco en el panorama político local.
La verdadera preocupación por el bienestar del comercio local parecía ser secundaria frente a los intereses personales y partidistas. Pero las sorpresas no terminan ahí. Donde antes se alzaban pancartas denunciando la supuesta negligencia del ayuntamiento, hoy se exhiben publicidades de la empresa de la cual el actual alcalde es socio. ¿Coincidencia? La evidencia parece indicar lo contrario.
En medio de tanto ruido y desenmascaramiento, mi conciencia sigue con una tranquilidad intachable: a pesar de haber sido objeto de ataques injustificados el año pasado, mi integridad y dedicación al servicio público han sido evidentes desde el principio, y el tiempo ha puesto en su lugar a aquellos que intentaron manchar mi reputación por meros intereses políticos. Es hora de que la verdad prevalezca sobre la manipulación y el oportunismo. El verdadero compromiso con el comercio local no se demuestra con pancartas y escándalos mediáticos, sino con acciones concretas y una genuina preocupación por el bienestar de quienes conforman el corazón de nuestra economía local. Es hora de mirar hacia adelante y de apartar a quienes no trabajan por el interés común, para que que se dé lugar a un espacio dónde se logre juntos un futuro próspero y equitativo para los comerciantes de Orihuela.
María García Zafra, concejala socialista en Orihuela.
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